Si bien la loca tarea de escribir diez minutos diarios se ha tornado estertórea en los últimas semanas, sobre todo debido a las ausencias de mi terruño natal y la dedicación exclusiva de mi escasa concentración a escribir unos desagradables cuentos cortos, cada tanto resulta muy grato volver a descargar sin ton ni son sobre la pantalla en blanco palabras abarrotadas de inseguridad, insalubres como mi estado de ánimo a veces, explosivas como la vida misma y desconcertantes como la sonrisa de esa niña desamparada que no acepta cobijo alguno de mi parte, maldita niña, a ver cuando el frío de la noche logrará escarcharla de tal modo que entre miradas de lamento y perdón, se decida a llamarme y decirme que tiene frío, que necesita una colcha, aunque sea una frazada o de última un abrazo mío, bien de madrugada.
sábado, 15 de agosto de 2009
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1 comentario:
"palabras abarrotadas de inseguridad, insalubres como mi estado de ánimo a veces, explosivas como la vida misma y desconcertantes"
Eso es lo que hacemos casi todos amigo.
A pesar de mi falta de tiempo para escribir, solo lo hago cuando algo grita dentro mío y quiere salir.
No importa qué..sueños, deseos, sentimientos(la mayor parte)...es UN MOMENTO, "el momento" que siento..y necesito compartirlo.
Me encantó la sinceridad de tu post.
te abrazo y un beso de regalo en la punta de la nariz.
Patry
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